Cuenta la leyenda acerca de una mujer muy hermosa
que vivía en el centro de la ciudad de Oaxaca de Juárez, era muy buena y
cariñosa, su nombre era Lidia; ella vivía con su esposo y sus 3 hijos en
una casa muy bonita con jardín enorme que podía ver desde su ventana. Todos los
días se levantaba muy temprano a regar sus flores, le encantaba cuidar de
su jardín, era su pasatiempo.
El 12 de abril de 1946 era el día del cumpleaños
número 30 de Lidia; apenas eran las 8 de la mañana, cuando la casa ya estaba
llena de ramos de flores hermosas y regalos para ella, entonces ella despertó,
abrió la ventana para ver la luz del sol como todas las mañanas y de repente,
se percató que había un pequeño colibrí en un árbol que estaba enfrente de su
ventana. Era un colibrí azul con blanco muy bonito, a ella le pareció muy
extraño porque recordó que 10 años antes, justo el día de su cumpleaños 20
había visto un colibrí exactamente igual.
Como Lidia tenía una casa muy grande celebraba sus
cumpleaños ahí mismo, con su familia y amigos más cercanos, era un día de
alegría para todos porque todos la querían mucho. Lidia se dio cuenta que el
colibrí se paseaba por el jardín y les contó a sus invitados acerca del colibrí
que había visto hace 10 años, todos quedaron impresionados con la historia
porque era mucha casualidad. Algunos decidieron creer la historia de Lidia y
los que no le dijeron que si en 10 años, o sea cuando ella tuviera 40, aparecía
ese colibrí todos creerían la historia. Pasaron los años, 10 años exactamente,
y tal como ella lo esperaba, afuera de su ventana estaba el colibrí de plumas
azules y blancas picoteando el árbol de tulipanes que se podía apreciar desde
donde estaba ella.
Llegaron los invitados a la fiesta y el colibrí se
paseaba por toda la casa, justo como en su cumpleaños 30. Todos los que habían
asistido 10 años antes se percataron de esto y los que no creían, lo creyeron.
Y así paso en su cumpleaños 50, 60, 70 y 80.
El día 29 de diciembre del 2005 Lidia falleció a los 89
años, lamentablemente en un hospital. La llevaron a velar a su casa, era un día
triste para todos, familia, amigos y todas las personas que conocían a Lidia
estaban presentes, le llevaban flores, flores de muchos colores como lo hacían
en vida. De repente todos quedaron impresionados al ver que un colibrí de plumas
blancas y azules entraba a la sala donde estaba el cuerpo de Lidia, nadie lo
podía creer pero así era y nadie comprendía el motivo por el cual ese colibrí
aparecía cada 10 años en los cumpleaños de Lidia y aun más raro porque apareció
el día de su muerte.
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