Erase una vez un pequeño pajarito, un pajarito verde perla, con pequeñas alas y
pequeño corazón, pero de sabio pensamiento. Cierto día el pajarito se enamoró
de una hermosa colibrí, le llevaba flores, le construyó un nido, y la hizo muy
feliz.
Pasó el tiempo y los dos
vivían felices, hasta que una fea víbora de piel rasposa, sin corazón, llegó y
comenzó a hacerse amiga de la colibrí. La colibrí pidió al pajarito que dejara
vivir a la serpiente en su nido, el pajarito se rehusó ya que no la conocía, además
el pajarito presentía lo que la víbora quería hacer, pero la víbora comenzó a hacerse amiga de los
dos; pasó el tiempo y la víbora empezó a meterle ideas en la cabeza a la
colibrí, y al fin, logró ganar su atención. La colibrí aceptó todo lo que la
víbora dijo, entonces la colibrí comenzó a volar sola, debido a lo que la
víbora le había dicho.
La pequeña colibrí decidió dejar solo al pajarito, lo echó de su
nido, y al fin, el pajarito tuvo que irse lejos, pensando en todo lo que había
hecho por la colibrí y en lo que hizo la víbora, sabiendo en todo lo que gastó.
Moraleja: Nunca confíes en nada, ni nadie más, si tu corazón no
está seguro.
Autor: Marco Vinicio García Magaña
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