Era una noche muy fría,
un señor había salido de un bar muy noche e iba directo a su
casa. Al llegar a su casa, como siempre,
le tocaba el claxon a su mujer para que le abriera el portón y esa noche no fue
la excepción. Tocó y esperó a que su mujer le abriera la puerta. Él
estaba demasiado ebrio esperando a su mujer, cuando de pronto se
abre el portón, y ahí había una mujer bella con una bata color
blanco. Él metió el carro muy lentamente y no se fijó si en verdad su mujer le
había abierto la puerta, salió y decidió ir a su cuarto a dormir. El señor ya
estaba muy agotado.
Al otro día se
levantó tarde y fue a saludar a su querida esposa, él le pidió una
disculpa por a ver llegado muy tarde y le dio las gracias por abrirle la puerta
tan tarde. También le dijo que no pudo cerrarla porque ya estaba muy cansado,
en ese momento la mujer le dijo:
-Pero mi amor, yo ni siquiera
me paré tan noche a abrirte la puerta, no supe a qué hora llegaste y ni
siquiera oí el claxon, no tengo nada que disculparte.
-Pero si tú fuiste
quien me abrió la puerta, estabas vestida con una bata o¿ no es así? Dijo
el hombre asustado.
- No, yo nunca me levanté - Exclamó la mujer
La pareja se quedó muy
intrigada por el suceso de la noche anterior. Dedujeron que era un espíritu
porque su casa se encontraba a una cuadra del panteón. Después de eso el señor
nunca más volvió a llegar ebrio y tarde.
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