Hace tiempo en un pueblo muy, muy cercano, habitaban
una familia de duendes color durazno, estos pequeños seres, llenos de amor, vivían
en armonía en su hogar hecho de piedras preciosas, diamantes, rubíes,
esmeraldas, y turquesas. La familia estaba integrada por varios duendecillos,
entre ellos, Bienaventurado El Llorón,
Bienaventurado El Pobre, Bienaventurado El Manso, Bienaventurado El
Hambrientosediento, Bienaventurado El Misericordioso, Bienaventurado El Limpio,
y Bienaventurado El Perseguido. Todos ellos eran hijos de Biblón su padre y
Santaella su madre.
Ellos siempre compartían la mesa y antes de empezar
a comer, cantaban de felicidad, agradeciendo los alimentos, Biblón el anciano
del hogar, daba la nota principal, todos
tomaban sus notas y comenzaban a cantar, Santaella se sentía plena con el canto
de sus hijos y cada que ellos tenían un problema, hacia todo lo posible por ayudarles
a encontrar una solución.
En la tarde del día sexto del mes de junio, su papá
cayó enfermo y para poder salvarlo sus hijos tenían que adentrarse en el bosque y conseguir una hierva en forma de corazón, color verde y
muy grande que le ayudaría a Biblón salir de esa enfermedad tan grave en la que
estaba, entonces aquellos duendecillos emprendieron el viaje a los adentros del
bosque pero antes emprender el viaje, se despidieron de su papá, El Llorón con
lagrimas en los ojos se despidió de él y le dijo que regresarían pronto, El
Pobre se acercó para decirle que él no tenia mas que ofrecerle, mas que su
esfuerzo y dedicación por encontrar aquella hierva, El Manso con la cabeza
inclinada hacia abajo le hizo señas de despedidas a su padre pero no le habló
ni levantó la cabeza, El Hambrientosediento con la boca reseca y un agujero en
el estomago, fue hasta el lecho de su padre y le dijo que no se fuera a acabar
toda la comida en reserva para el
invierno, se despidió y se alejó, El Misericordioso se acercó a su padre y le expresó que si el tuviera la oportunidad
de cambiar su lugar por el de él lo haría con mucho gusto, pero como era
imposible, su padre lo mando con sus hermanos a buscar aquella hierva mágica,
era el turno del Limpio despedirse de su padre antes de comenzar a buscar esa
hierba, entonces se aproximó a él y limpió su cabecera, a sus alrededores y a
Biblón le pasó un trapo por la cara, le pidió de favor que mantuviera su lugar
así, al menos hasta que él regresara y lo volviese a limpiar, entonces su padre
con una sonrisa en el rostro asintió y cerró los ojos, de repente que se
aproxima El Perseguido a toda velocidad porque siempre andaba a alas carreras
(debido a que desde pequeño fue perseguido por troles y brujas, éstos causaron
un trauma en el y siempre anduvo a las
carreras porque sentía que estaba siendo perseguido.) se despide de su padre y
todos empiezan a caminar hacia el bosque en busca de aquella hierva que le iba
a salvar la vida a su padre.
En el camino estos fieles hermanos se encontraron
con unos seres extraños que parecían una
mezcla de troles con duendes y brujas también, se hacían llamar capitales, eran
Soberbin, Lujurioso, el Gulo, Aváro, Envidiosin, Perezoso e Irosin. Todos ellos
hijos de Pecasdon, su padre. Estos feos seres hicieron todo lo posible por
impedir que los Bienaventurados encontraran la hierba para salvar a su padre,
pero todos aquellos intentos fueron vanos porque con la unidad de los Benéficos
hermanos, lograron evadir a los Capitales
y lograron llegar con su padre justo antes de que éste cerrara los ojos
y no los volverá a abrir, le dieron un te de esta hierba mágica y al paso de
los días Biblón pudo levantarse nuevamente y lo primero que hizo es dar la nota
Domine (la nota Do, se le denomina así por la palabra en latín, domine, que
significa Señor y según la creencia religiosa, entorno a él gira todo el
universo y el la música no es la excepción.)
Todos sus hijos y Santaella se pusieron felices y le quisieron poner
nombre a aquella hierba que le salvó la vida a Biblón le llamaron a partir de
ese momento La Hierba Santa
Autor: José Manuel Vargas Méndez
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