Mi nombre es Phillip,
tengo 13 años, vivo en un lugar muy hermoso, para mi es lo mejor del mundo, la
playa mas bonita, no me gusta ir a la escuela, no tengo muchos amigos, no
entiendo porque pero se me hace muy difícil eso de convivir con los demás, mi
mama dice que debo ser mas espontaneo, que estaría muy bien que tuviera mas
amigos, lo que ella no sabe es que estoy muy bien así, pero ella dice que la
gente como yo nunca se supera en la vida. Creo que mi mama es la persona más
sociable del mundo, tiene miles de amigos, todo el tiempo esta con el teléfono
en la mano, la gente la busca como si no pudieran vivir sin ella, y mi papa no
es la excepción. La mayoría del tiempo estoy solo caminando a la orilla del mar
o recolectando conchitas o simplemente sentado esperando a que descienda el sol
y ver esos maravillosos atardeceres que solo se ven aquí, me gusta mucho jugar basquetbol,
pero un día trate de jugar con mis vecinos y pues no me dejaron ni siquiera
acercarme, no entiendo porque lo hacen, no soy malo, no tengo ninguna
enfermedad extraña que pueda contagiarles
y no soy gay, pero la verdad es que no me importa lo que ellos piensen
de mi, prefiero estar solo.
La semana pasada
llego mi familia para pasar la navidad, es que donde ellos viven hace mucho
frio y vienen con nosotros porque aquí nunca deja de hacer calor, para mi es el
mejor clima del mundo, mis primos lo odian, ellos prefieren quedarse en sus
casas congelándose, creo que están locos porque no hay nada mejor que disfrutar
de la hermosa playa. Mis primos tampoco me hablan, bueno si lo hacen, pero solo
porque sus papas los obligan y solo lo hacen enfrente de ellos, cuando no, ni
siquiera me voltean a ver. Mi casa es muy grande así que tengo que compartirla
con todos ellos porque se quedaran aquí hasta después de año nuevo, he estado
muy triste porque el día en que mis primos llegaron entraron a mi cuarto y
destrozaron mi colección de “cosas del mar”, son cosas que he ido recolectando
desde que tengo memoria, estrellas de mar, algunas algas secas, caracoles,
piedritas de colores, conchitas de todos tamaños, formas y colores, también he encontrado
esqueletos de pescados, caparazones de tortugas, hasta dientes de tiburón. Pero
da igual mis primos las desordenaron y perdieron mas de la mitad, los acuse con
mi mama pero mi mama me dijo que eso de coleccionar “cosas del mar” era una
tontería, que dejara de quejarme y que madurara, que ya no era un niño pequeño.
A veces pienso que ni siquiera le importo a mi mama, nunca esta de mi lado,
según ella hago todo mal y siempre que mis primos me molestan ella los defiende
a ellos, estoy seguro que ella preferiría que cualquiera de ellos fuera su
hijo. Espero que esta semana pase muy rápido.
Han pasado dos
semanas desde que mi familia esta aquí, ya no los soporto y hace unos días fue
el colmo, mi mama me pidió que le cediera mi habitación a uno de mis primos
porque se había enfermado y dice que mi cuarto es mas grande y fresco, la
verdad es que yo nunca lo vi enfermo, pero el caso es que me sacaron de mi
cuarto, ahora duermo en el piso, con mis demás primos, todos roncan, tuve que
salirme a las tres de la mañana de mi casa porque no podía dormir, lo bueno es
que enfrente de mi casa esta mi lugar favorito en todo el mundo así que tome
una chamarra y salía caminar a la playa, de verdad que estando ahí me siento
feliz, no solo es mi lugar favorito, es un lugar donde puedo pensar, hablar
conmigo mismo, ser yo mismo, ya que si nadie me entiende me tengo que entender
yo de alguna forma, y creo que me entiendo perfectamente, sé que soy feliz aquí.
Me gusta pensar que me convierto en agua y me integro a esos millones y
millones de litros de agua que existen, a veces también me identifico con el
mar, juegan un rato con el pero al final siempre lo dejan solo.
Ayer fue 24 de
diciembre, todos despertaron muy contentos porque por fin es navidad, yo no le
veo la gracia, pero como siempre, estaba obligado a estar con mi familia, mis tías
estaban preparando la cena, siempre comemos lo mismo, bacalao, a pesar de vivir
a lado del mar no me gustan los mariscos, amo a los peces y a todo tipo de
animal marino pero no me gusta comerlos. Llego la hora de la cena, como todos
los años todos se pusieron su mejor ropa, se perfumaron, se arreglaron, mis
papas compraron muchas botellas de Champagne para el brindis porque somos
bastante familia o bueno, ellos, mi tía comenzó a servir la cena, primero
sirvieron un plato de sopa que creo que fue lo único que comí ayer porque nada
de lo demás me apetecía, llego la hora del bacalao, mi tía me odia así que me
sirvió el plato mas grande y lleno que pudo servir, ni siquiera lo toque, solo
veía como todos los demás se atragantaban con ese asqueroso plato, mi papa se
percato que yo estaba apunto de vomitarme y muy enojado se volteo y me dijo que
me comiera todo lo que estaba en mi plato y que si no me lo comía me iba a
levantar de las orejas y me iba a encerrar en mi cuarto, trate de comérmelo
porque no quería tener problemas, pero no pude , apenas si la probe y sentí que
lo que había comido en toda la semana se me iba a salir en ese momento del
asco, mi papa muy enojado se paro y me grito enfrente de todos que me retirara
de la mesa y eso hize, me fui a la sala y desde ahí observaba como a mis primos
les decían: -Si no quieren no se coman el bacalao, con niños,a la mayoría no
les gusta –, y diciendo eso les retiraban el plato y les traían el postre, ese
delicioso pastel de chocolate que tanto me encantaba. Fui a la cocina y
pregunte a mi tía si me podía dar un poco y la muy grosera me dijo que no, que
porque no me había acabado el bacalao. Todo eso me puso muy triste así que decidí
ir al mar a caminar a la playa, como ya lo dije, es lo único que me hace feliz,
apenas eran las 11:30 de la noche y me canse de caminar así que me acosté en la
arena, empecé a ver las estrellas, había algo raro en el cielo, nunca había
visto tantas estrellas, eran millones de ellas, había tantas que casi no se
distinguía lo azul marino del cielo nocturno y así estuve admirando el paisaje
hasta hoy.
Son las 10 de la
noche del 25 de diciembre y no se hasta donde me ha traído la arena, ya no veo
mi casa y espero nunca mas volverla a ver, he decidido que si quiero ser feliz
debo de estar en el único lugar especial para mi y lo mejor de todo es que
estoy enfrente de él, ya no puedo esperar a sentir como mis pulmones se llenan
de agua salada, creo que nunca me he sentido mas feliz en mi vida, aunque estoy
muy nervioso, hay algo que me detiene pero no estoy seguro que es, lo único que
se es que nada importa ya, solo importo yo y debo hacerlo. Dicen que morir
ahogado es una de las maneras más horribles de morir, pero creo que en mi caso
no hubiera podido escoger una mejor.
Autor: María Carolina Moreno Estrada