Por que caí en amor…
Personajes:
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Ana (Joven de 20 años, tez clara, cabello castaño lacio (hasta
el hombro), ojos café, delgada, estatura promedio)
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Ana (Joven de 22
años, tez clara, cabello castaño lacio (hasta el hombro), ojos café,
delgada, estatura promedio)
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Fernando ( Joven de 25 años, tez morena-clara,
cabello negro lacio (corto), ojos café, delgado, alto)
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Fernando ( Joven de 27 años, tez morena-clara,
cabello negro lacio (medio largo), ojos café, delgado, alto)
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Ronaldo (Joven de 16 años, tez morena-clara,
cabello oscuro lacio (medio), ojos claros, delgado, estatura promedio)
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Ronaldo (Joven de 18 años, delgado, alto, tez
morena-clara, cabello escura lacio (largo), ojos claros, delgado, alto)
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Dueña de la estética (Mujer adulta, vestida de
saco y falda, tacones, elegante, tez clara, cabello negro recogido)
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Padre (Adulto mayor, vestido de Alaba, Casulla y
Estola, tez clara, cabello cano (corto), lleno, estatura promedio)
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Doctor (Adulto, vestido con bata, pantalón
formal, zapatos de vestir y corbata, tez clara, cabello negro corto)
Fernando y Ronaldo entran a una peluquería, es un salón largo, pintada
en color perla, hay varias sillas, con espejos al frente, se ve un lugar
limpio, y elegante, Fernando está vestido con un cuello de tortuga verde,
pantalones cafés, y zapatos de vestir, Ronaldo viste una playera manga media,
color blanco, pantalones de mezclilla ajustados y tenis converse. Los atiende
la dueña y los hace pasar con Ana y otra asistente; Ana viste una blusa blanca
manga larga, una falda negra hasta las rodillas, y zapatos negros.
Fernando: (Con voz confiada)
Tranquilo bebe, es un buen lugar, aparte tu cabello no es el más hermoso alguna
vez visto.
Ronaldo: (Riéndose voltea a ver a
Fernando) Ok ok, Esta vez tu ganas, no hay problema siempre y cuando me toque
una estilista guapa.
Dueña: (Viste formal, con traje y
falda, muy propia) Pasen por aquí por favor, en un momento los atienden.
Fernando y Ronaldo se sientan en
dos lavadores de cabello, recuestan sus cabezas y dos jóvenes entran (Ana y la
otra estilista).
Ana: (Se queda viendo a Fernando)
Bu…
Asistente: (Voltea a ver a Ana,
la golpea en el hombro) Reacciona.
Ana: (sacude la cabeza y regresa
en si misma) Buenas tardes jóvenes.
Ana: (Comienza a preparar sus
cosas) ¿Qué corte va a querer señor?
Fernando: (Voltea hacia arriba
sonriendo) Disculpe, aún soy joven.
Ana y Fernando sueltan una leve
carcajada, y se miran el uno al otro.
Ana: (Sonriendo aun) Ok, señor
joven, ¿Qué corte va a ser entonces?
Fernando: Quiero que me rebaje la
parte de arriba, corte del número 3, y redondo de atrás.
Ana comienza a termina de lavar
el cabello de Fernando, termina de cortarlo, mientras tanto platican.
Ana: Gusta que vuelva a lavar su
cabello, ¿Joven?
Fernando: Si, por favor, tengo
una sesión importante, y no quiero ir tirando cabello por el camino.
Fernando vuelve a sentar en el
lavador de cabello, Ana toma sus productos y comienza, mientras los dos
platican, Ana sin querer derrama espuma en la cara de Fernando.
Ana: (Muy apenada y angustiada)
Lo siento mucho señor, de verdad, estoy muy apenada, lo siento me deje llevar.
Fernando: (Secándose la cara) No
hay problema señorita, no se preocupe en verdad solo fue un poco de espuma.
Entra la dueña del negocio y se
da cuenta del percance.
Dueña: (Muy seria) Disculpe usted
joven, a veces las estilistas no están calificadas, disculpe el percance, (se
voltea a ver a Ana muy molesta) Y tú, ya verás.
Fernando: (Con una sonrisa) No se
preocupe, fue culpa mía al moverme, (Voltea a ver a Ronaldo) Vámonos viejo.
Ana: (Muy apenada) Discúlpeme
enserio,
Fernando: (Sonriendo y muy
confiado) No señorita, no se preocupe.
Fernando y Ronaldo salen de la
peluquería, la dueña comienza a regañar a Ana, se cierra el telón.
Aparece Fernando en un estudio
fotográfico, es una sala de tamaño medio, color verde, con un fondo blanco, un
par de reflectores, y dos modelos posando, Fernando con una cámara montada en
un tripie les toma fotos, Ana entra al cuarto y se queda observando mientras
Fernando hace su trabajo.
Fernando: (Aplaudiendo) Muy buena
sesión chicas, les aseguro que esto nos llevara lejos.
Las modelos se ríen y todos
aplauden, Fernando se da cuenta que Ana está en la sala.
Fernando: Bueno chicas, eso fue
todo, (Voltea a ver a Ana, y sonriendo dice) Hola, ¿Qué haces aquí?
Ana: (Sonrojada) Dejaste tu
tarjeta en la estética, y pues tu sabes… pasaba por aquí y bueno ammm si
quieres me puedo ir.
Fernando: No, no no no, No hay
ningún problema, es más… me agrada tenerte aquí.
Ana: (mordiéndose el labio)
¿Enserio?
Fernando: (La toma del brazo) Si,
es más pasa por aquí.
Fernando la lleva a la parte
blanca del cuarto, la pone enfrente de la cámara.
Fernando: Espera ahí (Comienza a
preparar su cámara, y toma una foto), ¡Hermosa!
Ana: No, soy muy penosa, no lo
hagas por favor.
Fernando sigue tomando fotos
hasta que Ana entra en confianza, solo se ríen.
Fernando: Excelente, creo que
encontré a mi Musa.
Ana: ¿Enserio?, (Ríe en voz
baja), eres una persona muy especial, ¿Lo sabías?
Fernando: (Con una sonrisa en la
cara) No sé, la verdad nunca nadie me lo había dicho.
Se cierra el telón, y al abrirse
aparecen Fernando y Ronaldo comiendo en un restaurante de comida rápida, los
dos comen hamburguesas y soda, visten informales.
Ronaldo: (Comiendo) Valla viejo,
dos años, Dos grandes años, que afortunado eres, y pensar que si no me hubieras
llevado a cortar nunca la hubieras conocido.
Fernando: (Con una sonrisa) ¿Dos
años no? Estoy muy feliz, y mira esto
(Fernando saca de su bolsillo una caja para anillos muy elegante, la abre y hay
un anillo con un diamante)
Ronaldo: Noo, no, tú me estás
haciendo wey, ¿Enserio? Sí, yo te digo
que sí, hazme feliz, (Comienza a reír) viejo creo ya era el momento, ¿No crees?
Fernando: (Vuelve a guardar la
caja) Espero que sí.
Se cierra el telón, se abre de
nuevo y aparecen Ana y Fernando sentados junto a un lago, en el pasto verde,
los dos visten ropa veraniega, Fernando la toma del brazo, la mira fijamente y
saca un estuche de su bolsillo.
Fernando: Ana, creo que después
de todo lo que hemos pasado es hora de que sepas que quiero.
Ana sonríe incontrolablemente, se
pone roja, y comienza a respirar rápido, Fernando le muestra el estuche a Ana.
Fernando: Yo quisiera saber si
tu…quisieras…ser (abre la caja y hay una llave de automóvil) tan amable de
lavar mi carro… y ¿Encerarlo también?
Ana: (Con cara seria, y
disgustada) ¿Es enserio?, ¡Muérete!, (Le da la espalda a Fernando y cruza los
brazos).
Fernando: (La abraza y toma su
mano) Pero… también quiero que… (Hay un pequeño silencio, Fernando toma el
anillo con el Diamante y lo pone en su dedo) Que seas la madre de mis hijos.
Ana: (Sonriendo se para, mira el
anillo, y brotan un par de lágrimas de sus ojos) Fernando claro que sí, siempre
sí, contigo sí.
Ana brinca hacia Fernando, el la
abraza, y se cierra el telón.
Se abre el telón de nuevo,
aparecen Ana y Fernando en un restaurante, es un día lluvioso y frio, los dos
visten ropa abrigadora, y comen fideos.
Ana: (Moviendo sus fideos) Y
entonces, ¿Cómo quieres a tus hijos? Digo…para saber ¿No?
Fernando: (Ríe en voz baja) Pues
emmm ammm que tal, güeritos, de cabello castaño...
Ana va a hablar, abre la boca y
Fernando la interrumpe.
Fernando: Y que los dos sean
hombres, que no sean quejumbrosos…como su madre, que sean guapos como su padre…
Ana interrumpe a Fernando antes
de que acabe de hablar.
Ana: ¿O sea? ¿Quejumbrosa yo?
Digo tú no puedes ni lavar los trastes sin estar molestando y resulta que soy
yo la quejumbrosa.
Los dos ríen a carcajadas
Ana: No, enserio, ¿Cómo quieres
que sean?
Fernando: Amor, preocupémonos de
eso más tarde ¿Ok?, mientras tenemos que pensar cómo será nuestra boda
Ana saca un par de revistas, los
dos las ojean mientras el telón se cierra.
Se abre de nuevo el telón, Ana y
Fernando aparecen en un patio, Ana de vestido de novia y Fernando de traje,
frente a ambos está un padre, y un altar, atrás están los invitados, el clima
es acogedor, y está en un patio con pasto verde y algunas hojas en el piso,
simulando otoño.
Padre: Y entonces Ana, tu aceptas
a este hombre, Fernando, en la salud, enfermedad, prometes cuidarlo, protegerlo
y amarlo hasta que la muerte ¿Los separe?
Ana: Si acepto.
Padre: Y tú Fernando, aceptas a
esta mujer, Ana, en la salud y la enfermedad, prometes cuidarla, amarla, y
protegerla hasta que la muerte ¿Los separe?
Fernando: Si, acepto
Padre: Entonces hijo, puedes
besar a la novia.
Todos se paran, aplauden y
avientan pétalos de rosa al viento, Ana y Fernando se besan, Fernando carga a
Ana, se cierra el telón.
Al abrirse el telón, Fernando y
Ana están durmiendo en un sillón enfrente de la televisión, con una mesa de
centro llena de comida chatarra, Ana despierta de un golpe, y muy agitada
sonríe.
Ana: Jesús, fue todo un sueño,
ojala fuera realidad.
Fernando: (Se levanta y
bostezando le pregunta a Ana) ¿Qué pasó amor?
Ana: Nada bebe, solo tuve un
sueño.
Fernando: Pues amor, debió ser
una pesadilla para que te levantaras así.
Ana: (Riéndose) Todo lo contrario
bebe, soñaba que estábamos en nuestra boda.
Fernando: Bueno amor, ya no
tienes que soñar más, un par de semanas más y serás la mujer de mis ojos.
Ana: (Con la cara de sorpresa)
Aaaa, O sea que ¿Aún no lo soy?
Fernando: Si amor, es solo que…
Se cierra el telón mientras ellos
discuten, se abre de nuevo, Ana y Ronaldo están sentados en la sala, comen
frituras y papas mientras miran televisión, Ronaldo está trabajando en su
computadora muy entretenido.
Fernando: (Muy molesto) Me lleva
la… (Ana lo voltea a ver) La que me trajo.
Ana: Y ¿Ahora qué pasó gordo?
Fernando: (Muy enojado) Me lleva,
salpiqué mi soda en las fotos, y hasta yo me embarré.
Ana le da una bufanda
Ana: Sécate con esto bebe, ¿Hay
algo en que te pueda ayudar amor?
Fernando: Si, de hecho si, En mi
estante en el cuarto obscuro hay un rollo aun no revelado, creo que es único
que está limpio, ¿Podrías alcanzármelo por favor?
Ana: Si, con gusto bebe.
Se cierra el telón, se abre y
aparece Ana en un cuarto oscuro (donde se revelan fotos), comienza a caminar en
la oscuridad, es un cuarto ordenado y limpio, con una repisa de 3 pisos al
fondo; Ana se acerca a la repisa y con las manos palpa a ver si encuentra algo.
Ana: (Parada en las puntas de sus
pies) Ammm veamos, rollo, rollo, dios, este hombre nunca pone sus cosas en
orden.
Ana encuentra el rollo, pero está
en la repisa más alta, brinca para tomarlo y con la mano empuja una botella de
líquido revelador, la botella cae en su cara.
Ana: (Gritando) Ayuda, ayuda,
Fernando esto me quema, corre, ayúdame, (con la voz angustiada) Fernando.
Fernando y Ronaldo llegan a la
escena los dos la toman del brazos y la levantan, Ana se queja y se cierra el
telón.
Se abre de nuevo, aparecen
Ronaldo y Fernando en una sala de espera del hospital, los dos están
angustiados y nerviosos, aparece un doctor y llama a Fernando.
Doctor: Señor Fernando ¿Verdad?
Fernando: Si, soy yo, y bueno,
¿Cómo está ella?
Doctor: Bueno, el líquido le carcomió
una parte del ojo, ella no podrá recuperar la vista, al menos que… (Hay un
silencio largo)
Fernando: Y… ¿No hay donadores?
Doctor: No, no hay muchas
personas que quieran donar sus ojos.
El doctor pone su mano en el
hombro de Fernando, Fernando comienza a llorar y se tapa la cara, Ronaldo lo
abraza, el doctor deja la escena, se cierra el telón.
Se abre el telón de nuevo, aparece
Ana en una cama de hospital, con bata de hospital, y con una venda en los ojos,
Ronaldo vestido casualmente y el doctor están a su lado.
Doctor: Bueno Anita, hoy es el
gran día.
Ana: Si, por favor… estoy
impaciente.
Ronaldo la toma de la mano, el
doctor retira el vendaje la cara de Ana lentamente, hasta que su cara se
descubre totalmente, Ana tiene una pequeña cicatriz en los parpados, corre a
verse al espejo.
Ana: Ya veo, ¡Ya veo!, Ronald
¿Puedes creerlo?
Ronald y el Doctor se dan un
abrazo
Ana: (Muy entusiasmada) Y…
¿Fernando?
Ronaldo y el doctor se miran, y
Ana pone una cara de incertidumbre, se cierra el telón, cuando se abre de nuevo
aparece Ana en el departamento de Fernando (Vestida con ropa abrigadora), todas
sus cosas ya no están, Ana recorre todo el lugar en busca de algo. Encuentra
una foto suya pegada en el escritorio, Ana comienza a llorar y cae al piso
desconcertada.
Se cierra el telón, cuando se
abre de nuevo Ana está sentada viendo televisión, entra Ronaldo por la puerta.
Ronaldo: (Muy entusiasmado) ¡ANA!
¡ANA! Mira esto, (Ronaldo saca una revista de una carpeta)
Ana: (Se para corriendo) ¿Qué…qué
es eso?
Ronaldo: Es una revista, tonta,
¿Qué no la ves?
Ana: Y ¿Qué con ella?
Ronaldo: (Le pone la revista en
la mano) Mírala
Ana: Es… ¿Soy yo? Pero ¿Cómo?
Ronaldo: Es la última foto que
Fernando te tomó, la publicó, le gustaste a muchas empresas, deberías darle
gracias.
Ana se sienta en el sillón, y
comienza a llorar.
Ana: ¡¿GRACIAS?! A ¿Ese maldito?
¡NÚNCA! Lo odio, no lo hubieras mencionado, maldito, me abandonó cuando más lo
necesitaba, me abandono… (Cae al piso con las piernas cruzadas) antes de que
nos casáramos.
Ronaldo: Es que…
Ana: ¡¿QUÉ?!
Ronaldo: Es que tú no entiendes.
Ana: ¿Qué necesito entender? El
maldito me dejó aquí, no lo menciones de nuevo.
Ana se seca las lágrimas, Ronaldo
la abraza, se cierra el telón.
Se abre de nuevo el telón,
aparece Ana caminando en un puente, es un día frio, Ana viste ropa abrigadora,
va caminando con cara triste, los brazos cruzados, al otro lado hay un hombre
sentado en una banca con su perro, tiene un sombrero y viste con un impermeable
negro.
Suena su pensamiento
Pensamiento de Ana: ¿Por qué?
Porque tuvo que ser así, lo extraño tanto, lo quiero a mi lado, no aguanto
vivir sin él, será que… (Voltea a al agua) ¿Si me voy, él se preocupe por
mí?...No Ana, olvídalo.
Al bajar el puente le llega una
bufanda a los pies, Ana la recoge.
Pensamiento de Ana: (Con cara de
interrogación) Pero…esta… No, no no no está no puede ser…es solo que es muy
parecida a la que le dí a Fernando.
El perro se acerca a Ana, olfatea
la bufanda y comienza a ladrar, el dueño del perro se levanta, y camina hacia
Ana.
Ana: Disculpe señor, es solo que
su bufanda llegó a mis pies.
Hombre: Si señorita, no se
preocupe, disculpe a mi perro, sus intenciones son buenas, se lo aseguro.
Ana: Si, no hay porqué, y… ¿La
bufanda es suya?, Digo, es que no parece de hombre.
Hombre: (Sonríe y da una pequeña
carcajada) Está usted en lo correcto, pero no, no es mía, pertenece a la mujer
que alguna vez ame, solo que…
Ana: ¿Solo que…?
Hombre: (Se seca las lágrimas) Mi
vida no tiene sentido si no la puedo volver a ver, ¿sabe?, siempre le dije que
sería la mujer de mis ojos.
Ana se desconcierta, el hombre se
quita los anteojos y se seca con un pañuelo la cara, se quita el sombrero.
Hombre: Pero ahora, mis ojos son
suyos…
Ana se tapa la boca y llora en
silencio, el hombre mira hacia abajo queriendo llorara. Se cierra el telón.
FIN.
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