Esquizofrenia.
Tema: El
tema de la obra será un crimen cometido frente a los ojos de una mujer que ve a
una persona muerta cuando despierta. Ella no recuerda nada, está totalmente
paralizada hasta que descubre que el asesino sigue en el mismo lugar en el que ella está y necesita
recordar que fue lo que pasó para huir, sobrevivir y descubrir la identidad del
asesino.
Personajes:
-
Vanessa: Mujer que despierta.
-
Helena: Mujer asesinada.
-
Antonio: Novio de Vanessa
-
Fernando: Amigo de Antonio y Vanessa
(Vanessa
despierta en el piso a lado de un cadáver lleno de sangre. Está en una
habitación en donde hay cuadros, hay un escritorio de madera con una
lámpara, un estuche de arte, una silla,
una cama muy cómoda y elegante, un clóset y una televisión. Se levanta y ve el
cadáver durante un minuto, se encuentra totalmente paralizada. Se escuchan
ruidos en la habitación contínua y ella reacciona.)
Vanessa: (Voz temblorosa, mira el cuerpo lleno de sangre) - ¿Dónde estoy?
¿Qué hago aquí? ¿Quién es ella? ¿Por qué hay tanta sangre? ¿Qué demonios
ocurrió? ¡Ayuda!
(Se
escuchan pasos subiendo las escaleras. Se abre la puerta y Vanessa corre
rápidamente al clóset)
Asesino: (Entra a la habitación con un cuchillo. No
se logra ver su rostro, solo se ve una larga cabellera de color castaño. Voz
fuerte y clara.)- ¿Qué está pasando aquí? Juro haber escuchado una voz… ¡No
es locura la mía! (Patea a la mujer
muerta) Esa mujer está totalmente muerta, ¿quién entró a esta habitación
sin mi permiso? Quien quiera que sea tendrá el mismo destino que esta persona
llena de sangre, muerta por mi odio y venganza. Nadie escapa de mí, ¿lo
entiendes? ¡Nadie me reta!
(El
asesino sale de la habitación. Vanessa sale del clóset)
Vanessa: ¿Qué
voy a hacer? ¿Quién es esa persona? No logré ver su rostro, no reconozco su voz,
¿quién haría tal atrocidad contra una persona? ¿Quién es capaz de tanta maldad?
¡Necesito recordar que fue lo que pasó aquí! Pero no recuerdo nada… Lo único
que recuerdo es haber estado con Antonio, Fernando y Helena.
(El
recuerdo comienza. Vanessa y Antonio se encuentran en un parque lleno de
árboles y plantas. Hay algunos animales, bancas en las orillas, una pequeña
fuente y lugar en el que las personas podían andar con sus bicicletas o
patines. A lo lejos se ve una pareja de ancianos sentados en una de las bancas
comiendo fruta. Vanessa y Antonio van tomados de la mano caminando y comiendo
helado. Encuentran unos columpios en los cuales se sientan y empiezan a
platicar.)
Antonio: Amor,
qué hermosa te ves hoy. Qué hermoso es el día, ¿no lo crees?
Vanessa: Es
muy bello. El sol brilla a todo su esplendor, las nubes se ven tan esponjosas
como el algodón, y todo a tu lado es mucho más bonito. (Observa a su alrededor y ve tiernamente a la pareja de ancianos
tomados de la mano) Mira, ve a esa pareja de ancianitos casados. ¿Te
imaginas cuantos años llevarán de casados?
Antonio: Más
bien me pregunto cómo es que soportarán después de muchos años. (Se ríe) No es cierto Vane, no hace
falta que te soporte, te quiero así como eres y sueño con despertar un día y
verte dormida a mi lado por el resto de mis días.
(Se
abrazan. Antonio corre hasta llegar a un túnel oscuro mientras Vanessa lo
persigue. En el túnel no hay ninguna luz, solo se ve la salida y algunos rayos
de sol que se filtran en los agujeros que hay en el techo. No es un túnel muy
largo, pero es bastante ancho.)
Vanessa: ¿Qué
hacemos aquí? Está muy oscuro… ¿Me quieres robar, verdad? (Tono de broma)
Antonio: (Se ríe y la besa) Ojalá
pudiera robarte amor. En realidad te traje a este lugar porque es un lugar en
donde me gusta pensar de vez en cuando. Es algo como mi lugar especial y ahora
quiero compartirlo contigo. Lo único malo es que no hay ninguna luz, pero no te
preocupes, puedes traer una lámpara, como la que tienes en el escritorio de tu
cuarto.
Vanessa: ¡Cierto!
Eso es una buena idea… Gracias por confiar en mí, es un lugar muy tranquilo
aunque la verdad es que me da un poco de escalofríos, pero vendré aquí más
seguido. Oye, tenemos que irnos, quedamos que nos reuniríamos con Helena y
Fernando en el café que tanto nos gusta.
(Salen
de escena. Llegan a un café y se sientan en la mesa donde hay dos personas
esperando. Es un lugar lleno de cosas de color café y plantas verdes. Las mesas
del lugar son muy rústicas, nada es muy moderno ahí. Es un ambiente orgánico
con un fuerte olor a café natural mezclado con olor a hierbabuena y manzanilla.)
Helena: (Alza la mano) ¡Vane!
Aquí estamos, ven, ya nos tomamos la molestia de pedir un café. Hola Antonio,
¿Cómo has estado? Me alegra muchísimo verlos.
Antonio: (Tono amable) Hola
Helena, hola Fernando. Me da gusto verlos. No se preocupen por el café, Vane y
yo ya los alcanzaremos. (Alza la mano
para llamar al mesero) Disculpe, ¿podría traernos un café americano con
doble azúcar y un moka frappé?
Mesero: Claro
que sí, con todo gusto, en un momento estarán listos. (Se va)
Fernando: Me
alegran que hayan podido venir, la verdad es que Helena y yo tenemos una gran
noticia que darles. Hoy cumplimos 5 años de noviazgo, 5 maravillosos y
encantadores años. La verdad es que ya no puedo esperar a vivir con esta
hermosura (Mira de manera tierna a Helena
y la abraza) así que decimos comprar una casa. La cuestión es que la casa
está en la colina Maryland, el número es exactamente 105. (Sonríe)
Vanessa: (Sorprendida y emocionada) ¡No
lo puedo creer! ¡Vivirán a mi lado! Ya muero por tenerlos como vecinos. ¡En
verdad que gran noticia! Deberíamos celebrar esto como se debe, con una buena
fiesta.
Antonio: Pero
la fiesta tendrá que esperar unos días, recuerda que mañana me voy de la
ciudad, viajo a Roma y regreso hasta la próxima semana. Pero de que hay
celebración, ¡la hay! En verdad felicidades, espero que esto sea un beneficio
más en su relación. Saben muy bien que ambos son personas que he aprendido a
querer mucho desde que los conocí por medio de esta muchachita bonita (Le da un beso en el cachete a Vanessa) y
sinceramente se han vuelto parte fundamental e importante de mi vida.
(Los
cuatro amigos se levantan para abrazarse unos a otros. Toman su café, conversan
acerca de sus vidas y después de un tiempo todos toman rumbo para sus casas.
Antonio va a dejar a Vanessa a su casa, Vanessa entra a su habitación. Es una
habitación en donde hay cuadros, hay un escritorio de madera con una
lámpara, un estuche de arte, una silla,
una cama muy cómoda y elegante, un clóset y una televisión. Vanessa se queda
dormida, pero a medianoche ella despierta de manera inesperada)
Vanessa: (Se despierta bruscamente) ¿Qué
ha pasado? ¿Por qué sueño cosas tan feas? Lo único que recuerdo del sueño es
que había mucha sangre, gritos y una oscuridad abrumadora, pero no tengo idea
de por qué. No es justo, no lo entiendo, ni siquiera he visto cosas así para
retener esas imágenes en mi mente. Y yo no soy capaz de producir tanta
atrocidad… Qué extraño. Es mejor que vuelva a dormir. Sé que todo estará bien y
normal al amanecer. Al amanecer.
Voz en off: Noche
tras noche, le seguía sucediendo lo mismo a Vanessa. Ella soñó lo mismo durante
una semana entera, y al final se levantaba a medianoche, intentando entender y
recordar lo que pasaba en el sueño, pero por más que lo tratara era algo
imposible de hacer. Era como si su memoria se hubiera borrado y solo recordara
sangre, gritos y oscuridad, por lo que se desesperaba y volvía a dormir sin
soñar absolutamente nada. Esto ocurrió exactamente la semana en la que Antonio
se fue de viaje a Roma, pero después de todo ella no le tomó demasiada
importancia al asunto, siguió viviendo sus días como si nada pasara en las
noches y no le contó a nadie.
(Tocan
el timbre. Aparece Antonio en la puerta, con unas rosas enormes y una gran
sonrisa. Vanessa corre hacia a él y lo abraza)
Antonio: Amor,
no sabía que me extrañabas tanto. (sonríe)
Te traje unas flores, en verdad odié pasar tantos días sin ti.
Vanessa: ¡Son
hermosas! ¡Me encantan! Y obvio que te extrañé, el tiempo sin ti es horrible.
Me alegra que estés aquí, no quiero que te vayas de nuevo (lo abraza con mucha fuerza y cariño)
(Se
toman de la mano y ambos pasan a la cocina)
Antonio: (Observa con cuidado la cocina y ve que hay
mucha basura. Hay cajas de pizza vacías, botellas de refresco, envolturas de
chocolates y dulces y una caja de pastel) Vaya que no has tenido mucho que
hacer estos días, ¿verdad? Has comido demasiada chatarra. Te prepararé alguna
comida saludable, en mi viaje encontré un platillo delicioso. Verás que te
encantará.
(Antonio
le prepara la comida a Vanessa y ambos se sientan en el comedor a platicar y
reír de sus experiencias)
Antonio: En
verdad te llevaré a Roma, es un lugar precioso. Hay miles de cosas que tienes
que ver… La fuente de Trevi, el Coliseo romano, los jardines de Villa de Este,
todas las iglesias y catedrales… en verdad es algo hermoso, es de las mejores
experiencias que he vivido, hubiera sido perfecta si hubieras estado ahí. Es
una cultura totalmente diferente a la que tenemos nosotros. Aparte de bonito,
es una ciudad llena de romance. Cuando nos casemos iremos de luna de miel a
Italia, me muero por ir contigo.
Vanessa: (Emocionada) Solo con escuchar lo que
dices estoy segura que es de los principales lugares a los que quisiera ir. Algún
día iremos juntos amor, podemos escapar un día. (Se ríen) Yo no tuve tan buenos días, o más bien tan buenas noches.
Antonio: (Tono preocupado) ¿Por qué? ¿Qué pasó?
¿Está todo bien?
Vanessa: Sí,
no te preocupes, solo que… Durante la semana que no estuviste estuve soñando
cosas feas. Bueno, en realidad, no recuerdo exactamente lo que soñé, solo
recuerdo sangre, algunos gritos y total oscuridad. Era algo espantoso, se
sentía una atmósfera pesada… y fue lo mismo durante los días que no estuviste.
Es como si tuviera el presentimiento de que algo malo ha estado pasando. Es una
locura, ¿no lo crees?
Antonio: ¿Y
por qué no me hablaste? Sabes que puedes contar conmigo a la hora que sea.
Podría haberte acompañado un rato, te hubiera tranquilizado.
Vanessa: No
quería interrumpirte amor, y pues ahora estás aquí, tal vez estaba preocupada
por si algo te pasaba, ya ves como soy de nerviosa y me preocupo por todo, pero
en estos momentos estás conmigo y todo está bien. Cuando estás aquí todo es
perfecto. (Lo besa)
Antonio:
Siempre estaré para ti, recuérdalo. Ahora vamos a que te distraigas, recuerda
que tenemos que festejar a Helena y a Fernando por su nueva casa. Vamos,
olvídate de eso.
(La
toma de la mano y se van juntos a reunirse con Helena y Fernando a la nueva
casa que está justo al lado de la casa de Vanessa. Pasan por la tienda para comprar
unos cuantos refrescos, sabritas y un pequeño regalo para su casa. Tocan el
timbre. Helena y Fernando aparecen y ambos saludan a Vanessa y Antonio.)
Helena:
¡Pensé que nunca vendrían! Pasen, está un poco desordenado, es que hace dos
días nos cambiamos de casa y ha sido un poco complicado y cansado. Pero pasen,
saben que esta es su casa.
(Entran
a la casa. Es una casa grande, con 3 habitaciones, la sala, la cocina y el
comedor. En la sala hay tres sillones de color crema con cojines naranjas, una
mesa pequeña en el centro con un florero y una televisión. En las ventanas hay
cortinas blancas. El comedor es de madera rústica, con un mantel de flores
morado y un mueble enorme en donde están diferentes copas de vidrio, botellas
de alcohol, platos elegantes, cubiertos de todo tipo, y algunos portavasos. En
la cocina había una estufa con su respectiva campana arriba, un microondas, una
mesa de vidrio pequeña, el refrigerador de color blanco y la alacena llena.)
Vanessa: ¡Es
increíble! Es una casa hermosa, no lo puedo creer. Ustedes sí que tienen un
buen gusto por los muebles y accesorios de hogares. Me encanta, creo que podré
venir aquí a visitar a Helena mientras Fernando y Antonio salen. Ten, les traje
un pequeño regalo para adornar un poco su nueva casa.
(Helena
abre el regalo y ve que es un cuadro. Inmediatamente lo deja en la mesa que se
encuentra en medio de la sala y se muestra emocionada y feliz.)
Helena: No
era necesario, ¡Gracias! Es un cuadro hermoso. ¿Y verdad que sí está muy bonita
la casa? A mí me encantó desde el momento en que la vi. Cuando Fernando me
mostró esta casa me dijo que era una casa asombrosa, y no puedo negarlo. No
pude resistirme, y mi primer pensamiento fue “aquí quiero vivir”. Además tiene
una vista maravillosa, es espaciosa y la renta es bastante considerable. Creo
que ha sido de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, y me alegra que
esta decisión haya sido junto a Fernando. (Ambos
se ven a los ojos, se abrazan con mucha ternura y se besan. Sonríen.)
(Los
cuatro amigos se reúnen en el comedor. Cenan carne asada, ríen, platican y
cuentan cómo se conocieron)
Fernando: Aún
recuerdo como conocí a esta pequeña. (Abraza
a Helena) Primero conocí a Vanessa, íbamos en el mismo salón en la
universidad. Desde que la conocí supe que ella sería mí mejor amiga, casi
alguien de mi familia. Éramos como hermanos. ¿Verdad Vane?
Vanessa: (Sonríe) Aún somos como hermanos, Fer.
Fernando:
Tienes razón. En fin, Vane tomó una materia extra en cuarto semestre, y conoció
a Helena. Un día me la presentó, y desde que la vi supe que era la mujer de mis
sueños. La vi tan perfecta que ni siquiera pude hablarle en ese momento. Desde
ahí mi vida tomó un sentido diferente.
Helena:
Sinceramente pensé que era un poco tímido y que por eso no me hablaba. Jamás
pensé que yo le gustara, a mí se me hizo muy guapo. Pero me enamoró con esos
detalles que me dejaba en mi lugar en las mañanas, cuando iba por mí a la hora
que él decía, cuando me llamaba todas las noches y me contestaba mis mensajes al
siguiente segundo. Y sigue siendo un romance maravilloso, nada ha cambiado,
solo el hecho de que puedo tener al hombre perfecto todos los días en vez de
solo en las tardes.
Vanessa: ¿Recuerdas
todas las tonterías que hicimos en la universidad? Todas las fiestas a las que
fuimos, todas las veces que reímos… Mejores amigas todo el tiempo.
Helena:
Claro que lo recuerdo, pero faltaba algo… Faltaba Antonio.
Antonio: (Se ríe) Yo fui el último en unirme a
este grupo. Fue en aquella fiesta, vi a Vanessa de lejos riéndose con ustedes
dos, y me pareció una mujer preciosa. No pude evitar invitarla a bailar, pero
no quiso. No salía con extraños. Entonces decidí quedarme con ustedes para
ganar su confianza. (Mira a Vanessa) ¿Recuerdas
la primera vez que te hice reír? Fue por un chiste muy tonto. Y entonces me
enamoré de tu sonrisa. Hasta el final de la noche decidiste darme tu número, y
no dude en llamarte al día siguiente. Tu voz es tan dulce, tan suave… tan
seductora. Me habías vuelto loco desde el primer instante.
Vanessa: Y
ahora mírenos… Los cuatro aquí, reunidos, tomando unos tragos, cenando carne
asada. Ya no somos unos adolescentes. Y hemos empezado a vivir nuestra vida adulta.
Sinceramente agradezco que ustedes sean parte fundamental de mi vida, me alegra
que estén conmigo en las buenas y en las malas. Y lo más importante es que yo
también estoy con ustedes. Brindemos por eso, por nuestra sinceridad, por
nuestro cariño, por nuestra amistad.
(Hacen
el brindis. Los cuatro sonríen durante el resto de la noche, hasta que llega la
hora de irse. Quedan en reunirse en dos días en la nueva casa de Helena y
Fernando. Antonio va a dejar a Vanessa en su casa y él se va caminando hacia su
lugar favorito; el túnel. Después de pasar unas cuantas horas por ahí, toma sus
cosas, le manda un mensaje a Vanessa y se va a su casa caminando)
(Al
día siguiente Vanessa llega a casa de Helena. Suena el timbre.)
Helena:
¡Amiga! Qué bueno que pudiste llegar temprano para poder platicar un rato sin
los hombres. (Pasan a la casa, Helena
prepara un poco de café para Vanessa mientras ella está preparando unas
galletas de chocolate)
Vanessa: Tu
receta de las galletas de chocolate parece funcionar muy bien. Se ven
riquísimas.
Helena: En
realidad es una receta de mi madre. Me alegra que te guste, seguramente a los
chicos les encantará. Dijeron que traerían algo de comer, espero que sea algo
bueno.
(Ambas
se ríen. Toman su café y van a sentarse al comedor)
Vanessa:
Helena, ¿tú crees que los días en los que no estuvo Antonio tuve unas
pesadillas horribles?
Helena: ¿En
serio? Tal vez era porque extrañabas a Antonio y temías porque algo le pasara.
Vanessa: Es
lo mismo que pienso yo. Yo creo que es eso, porque era algo muy extraño, ni
siquiera recuerdo el sueño, pero lo sentía como un mal presentimiento.
Helena: No
te preocupes, seguramente no es nada. Ya ves que dicen que nuestra mente es muy
poderosa.
Vanessa: Tienes
razón amiga, pero bueno, dime, ¿te piensas casar un día con Fernando?
Helena: No
lo sé aún. Lo amo muchísimo, pero necesitamos ver como funcionamos juntos. Por
eso decidimos esto de vivir aquí juntos. Ojalá funcione, porque en verdad me
imagino una vida con él. Formar una familia, tener una mascota… Y envejecer
juntos. Y si nos peleamos puedo ir corriendo a tu casa ¿No crees? (Se ríe) ¿Y tú? ¿Has pensado en el
matrimonio? Es una idea que hasta donde yo recuerdo no ha sido de tus favoritas.
Vanessa: Lo
sé, no soy admiradora de contraer matrimonio, pero la verdad las cosas con
Antonio han ido de maravilla estos años. Es caballeroso, amable, lindo, atento…
Es todo lo que quería en un hombre, y mucho más. Es impresionante el amor que
puedes llegar a sentir por una persona, ¿no lo crees? Me siento como toda una
adolescente enamorada de su primer amor verdadero.
Helena: Sí,
nunca pensé llegar a sentir esto. Ya ves, cuando éramos adolescentes pensábamos
en el amor como algo interminable. Pensábamos que habíamos encontrado al chico
con el que nos casaríamos… Pero siempre nos rompían el corazón. ¿O solo eso me
pasó a mí? (Se ríen)
Vanessa: No,
la verdad es que no solo te pasó a ti. A mí me pasó eso muchas veces, por eso
tenía mis dudas acerca de Antonio. Tuve malas experiencias desde que iba en
secundaria, pero con el paso del tiempo he entendido que él no es de ese tipo
de hombres. Aprendí a elegir bien, a no creerle a cualquier persona y vaya que
la vida me ha recompensado de una manera increíble. Sinceramente me encanta
pensar que él de verdad me quiere.
Helena:
Creo que al final de todo, todas nuestras experiencias y nuestros corazones rotos
valen la pena.
Vanessa: Sin
duda tienes razón. (Sonríen)
(Suena
el timbre. Helena va a abrir la puerta. Fernando y Antonio entran con muchas
bolsas llenas de comida.)
Antonio: (Abraza a Vanessa) ¿Cómo está mi mujer
favorita en todo el mundo?
Vanessa: Muy
bien amor, la verdad es que Helena y yo teníamos una plática un poco seria
acerca de nuestras vidas. Ya sabes, cosas de mujeres y eso.
Fernando: Me
alegran que hayan tenido tiempo de platicar ustedes y solas y desahogarse. (Suelta una carcajada)
Helena:
¿Qué hicieron? Espero que esa comida no sea pura comida chatarra eh.
Antonio: Creo que te decepcionarás Helena. (Se ríe) No es cierto, trajimos comida
china. Pues fuimos al gimnasio un rato y ya sabes, le gané a tu novio en basquetbol,
como siempre.
Fernando: No
es cierto no me ganó, yo lo dejé ganar porque no quería humillarlo. (Le da un golpecito en la espalda a Antonio)
Antonio: (Riendo) No te preocupes amigo, todos
sabemos que soy mejor que tú en los deportes, no tienes de qué avergonzarte.
Fernando: No
no. Quiero la revancha el día de mañana. Es más, no la quiero, la exijo.
Antonio: Con
todo gusto acepto tu reto, Fer.
(Helena
y Vanessa se ríen de la manera en la que discuten Antonio y Fernando mientras
sacan del horno las galletas y las ponen a enfriar. Colocan en el comedor la comida china, ponen los platos, vasos y
cubiertos en los lugares en donde se sentarán y comienzan a comer muy
entretenidas escuchando la conversación y opinando al respecto con cierta
ironía y sarcasmo.)
Vanessa: Los
hombres y sus extrañas y tontas peleas por ver quién es el más fuerte.
Helena: Lo
sé, pero sin eso dejarían de ser hombres, ¿no crees? Creo que es parte de su
naturaleza o algo así.
(Llegan
al comedor Fernando y Antonio y se unen a la conversación)
Antonio: Así
que están hablando de nosotros, ¿eh? “Cosas de hombres”. Es como ustedes con su
maquillaje y su ropa. Sus cosas de mujeres son mucho más extrañas.
Vanessa: (Se ríe) Un
poco, tal vez. Pero nosotras somos mejores. Nuestra belleza le gana a
cualquiera de sus peleas de hombres.
Fernando:
Definitivamente eso no está a discusión.
(Los
cuatro se ríen y comen. Abren una botella de vino y mantienen una conversación
fluida acerca de temas distintos.)
Vanessa:
Bueno, creo que ya me iré a dormir. Ya es muy tarde y mañana tengo que ir a
trabajar, pero he pasado un tiempo increíble con ustedes. Los quiero mucho.
Antonio:
Vamos amor, yo te llevo a tu casa. Yo también ya me voy, los dejo descansar.
Fernando:
Descansará mi pequeña Helena porque yo no podré. Tengo que ir a la oficina a
arreglar unos papeles que olvidé organizar este fin de semana. Parece que
pasaré la noche ahí, pero sé que Helena estará bien aquí, ¿verdad?
Helena:
Claro amor, si me pasa algo de todos modos puedo ir corriendo a casa de Vane.
Vanessa: Claro
amiga, las puertas de mi casa siempre están abiertas. Entonces nos vamos. Que
tengan un bonito día, ya nos estaremos viendo por aquí cerca, vecinos. (Sonríen)
Helena:
¡Hasta luego! Cuídense mucho.
(Antonio
va a dejar a Vanessa a su casa. Fernando se despide de ellos y se va rumbo a su
oficina. Vanessa entra a su habitación y se pone cómoda cuando se da cuenta que
ha olvidado algo.)
Vanessa: ¡He
olvidado el molde de las galletas! Planeaba prepararle unas galletas a Antonio
para que estuviera contento después de un día cansado trabajando… Ojalá Helena
no esté dormida aún.
(Va
a la casa de Helena. Toca el timbre pero nadie abre. Nota que la puerta no
tiene llave y se toma la confianza de abrir. Se abre la puerta.)
(El
recuerdo se desvanece y Vanessa regresa al presente en el que está en la misma
habitación en la que se encontraba una mujer asesinada. Mira a su alrededor, se
asusta al descubrir que ella se encuentra en su propia habitación.)
Vanessa: (Espantada) No entiendo nada. ¿Por qué
estoy en mi habitación frente al cadáver de una mujer? ¿Han querido matarme y
fallaron? ¿Qué ha pasado? No sé qué debo hacer… ¿Dónde está mi celular? (Busca entre sus cosas intentando encontrar
su celular o el teléfono de su casa, pero no lo logra.) ¡¿Dónde están mis
cosas?! Necesito llamarle a Antonio, a Fernando, a Helena… ¿Por qué estoy sola
aquí? ¿Será un sueño? El sueño que tuve aquellos días en los que Antonio estuvo
ausente. No, no es sueño, se siente demasiado real. Esto es demasiado real.
¿Cómo pude pasar de ser la mujer más feliz del mundo, con un novio maravilloso
y unos amigos increíbles, a verme involucrada en un asesinato? ¡Simplemente no
lo entiendo! ¿Estaré loca? No, no estoy loca, no es solo mi imaginación, no
sería capaz de crear una escena así. ¿Qué es esto? Necesito explicaciones,
necesito respuestas a todas las preguntas que están en mi mente en estos
precisos momentos.
(Se
escuchan pasos alrededor de la habitación y Vanessa vuelve a esconderse en el
clóset. Después de unos minutos se percata de que nadie ha entrado a la
habitación y sale del clóset con cautela. Se sienta en su pequeño escritorio,
intenta prender la luz pero al ver que no había luz eléctrica en la habitación
toma su lámpara y se dirige al cadáver.)
Vanessa: Sé
que hay algo que no tiene sentido. Lo último que recuerdo es haber abierto la
puerta de Helena, y de ahí recuerdo haber despertado aquí. ¿Qué pasó en ese
tiempo? ¿Qué pudo haber sido tan impresionante o sorprendente que ni siquiera
puedo recordarlo? Esta no es casa de Helena, es mi casa. ¿Dónde está Helena?
¿Quién es esa mujer que está acostada en el mismo, llena de sangre sin pulso
alguno? ¿Debería encender la lámpara y ver quién es? No sé si es apropiado…
Pero necesito encontrar la verdad de todo esto.
(Se
acerca al cadáver. Lo piensa un poco antes de encender la lámpara. Lenta y
cuidadosamente retira el cabello castaño de la cara de la mujer muerta e
intenta reconocer quien es. Se sorprende al saber su identidad y cae en estado
de shock.)
Vanessa: (Grita espantada y llorando) ¡Helena!
¡Eres tú! ¡Ahora lo recuerdo todo! ¿Qué han hecho? ¿Por qué ha pasado esto? Yo
no sería capaz de hacer algo así. Yo no fui, ¿pero quién fue? Ahora recuerdo lo
que en verdad pasó, excepto una cosa… ¿Quién ha entrado a mi casa a cometer tan
imperdonable crimen?
(Comienza
de nuevo el recuerdo. Vanessa abre la puerta de la casa de Helena y entra a la
cocina por el molde. Sube las escaleras para poder avisarle a su amiga que ha
entrado y mientras va subiendo ve ropa tirada por todas partes. Piensa que tal
vez Fernando regresó temprano de la oficina, o quizá no fue, y se arrepiente de
subir, hasta que escucha una voz. La voz no era de Fernando, era de Antonio.
Sube apresuradamente a la habitación, abre la puerta y encuentra a Antonio
besando a Helena. Suelta el molde de las galletas, y Helena y Antonio voltean.
Ven a Helena, y ella inmediatamente sale corriendo hacia su casa. Helena va
tras de ella. El recuerdo vuelve a desvanecerse.)
Vanessa: ¿Antonio?
¿Será él el asesino? Aún me falta una parte que recordar… Pero, ¿quién más pudo
haber sido? Tengo que enfrentarlo.
(Va
en busca del asesino. Corre por toda la casa hasta que al fin lo encuentra. El
asesino está de espaldas, con un cuchillo en la mano chorreando de sangre.
Vanessa grita, el asesino voltea rápidamente y por fin ella logra ver a la
persona que cometió el crimen. Al principio pensó que estaba frente al espejo,
pero al minuto siguiente entendió que no era un espejo, era ella. El asesino
era ella misma. Ella había matado a su propia amiga con el cuchillo que traía
en la mano.)
Vanessa:
¿Qué he hecho? ¡¿Por qué he hecho esto?! No puede ser. Ella era mi mejor amiga.
La mejor de todas. La única que me comprendía, en la que confiaba. Y ella fue
quien me traicionó con el hombre que ella sabía que yo tanto amaba. Ahora el
recuerdo es más claro.
(Comienza
el recuerdo. Helena entra a la casa de Vanessa gritando y llorando.)
Helena: Vane por favor, ¡Déjame explicarte lo que
pasó!
(Aparece
Vanessa enfurecida)
Vanessa:
¿Qué quieres explicarme? ¿Qué estabas con mi novio en tu habitación? ¿Quieres
contarme los detalles? No quiero escucharte, pensé que eras mi amiga, mi mejor
amiga… Y no eres más que la amante de un cobarde, un cobarde que no hizo nada
más que mentir. Y la verdad es que sabe mentir demasiado bien. Me hizo creer en
él. Me hizo ver un mundo que él mismo dibujó en mi mente, un mundo perfecto.
Pero ahora lo entiendo, era demasiado bueno para ser verdad. ¿Y tú? ¿Qué pensabas?
¡Sabías cuanto lo amaba! ¿Cómo pudiste ser tan desconsiderada? ¿Cómo pudiste
ser tan mala amiga? Todos estos años confíe en ti… Y no hiciste nada más que
traicionarme.
Helena: Por
favor, déjame hablar. Fue algo inesperado. Tuvimos una conexión inesperada. No
podía dejar a Fernando, él no podía dejarte a ti. Solo era diversión, pero
terminamos sintiendo algo importante, algo más allá de lo pensado. Por favor,
perdóname, debí decírtelo, sé que fui una mala amiga pero podemos remediar
esto. Escúchame, por favor.
(Helena
se acerca a Vanessa. Vanessa toma un cuchillo de la cocina y empieza a gritar)
Vanessa: ¡No
te acerques! ¡Aléjate de mí, maldita! Déjame en paz, puedo matarte con eso.
Helena: No
lo harás, yo sé que no… (Se acerca a
Vanessa) No puedes matarme, no puedes…
(Silencio
total. Vanessa inserta el cuchillo en el cuerpo de Helena. No le bastó
apuñalarla una vez, lo hizo varias veces. Se aseguró de que estuviera
totalmente muerta. Después se retiró de la habitación. Ve todo lo que pasó,
como entró a la habitación gritando para saber de quién era la voz que había
escuchado. Era ella misma. Una parte de ella se quedó ahí, con el cadáver,
mientras en realidad ella se encontraba en la casa, pensando que hacer con el
cuerpo. Ahora lo entendía todo. Ella había matado a Helena. Ella había matado a
su mejor amiga. Ella era la asesina.)
(Entra
a la habitación Fernando.)
Fernando:
Helena, ¡Qué demonios haz hecho!
Vanessa: Ella…
Antonio… Ellos nos engañaban. Nos engañaban Fer. No pude evitarlo, y si pudiera
mataría a Antonio de una peor manera.
Fernando:
Esta no era la manera Vane… Esta no eres tú… Dame ese cuchillo, dámelo ya.
Vanessa: No
pienso dártelo. No pienso vivir con esto toda mi vida, no lo soportaría. No
puedo seguir viviendo. Me encarcelarán de por vida, nadie me querrá, ni
siquiera mi familia. No puedo. No puedo. (Comienza
a gritar) No puedo. No puedo. No puedo. No puedo. No puedo. No puedo. No
puedo. No puedo. No puedo. No puedo. No puedo. No puedo. No puedo. No puedo.
(Vanessa
toma el cuchillo y se apuñala en el corazón antes de que Fernando la pueda
detener. Se apuñala otras 5 veces más en varias partes del cuerpo, hasta que
finalmente cae muerta. Fernando huye, ya no aparece más. Horas después Antonio
entra a la casa. Ve los cadáveres. Encuentra una nota en el comedor)
Voz en off: “Querías
a las dos… Ahora no tienes a ninguna.”
Fin.
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